No quise cambiar el color
de unos ojos que no duermen.
Ni las manos por mi espalda,
no quise ir a Catar con otro.
(Joder,
mira que lo dije
qué puta vagancia
enseñarle a alguien nuevo)
Solo quise
Ser tú y yo
Tú y yo
Desayunándonos en Cullera,
Tú y yo
Catándonos por Benidorm
Solos tú y yo
Tú,
Siendo el muso de mi Madrid,
hasta las praderas inglesas
fuimos.
Y todo se quedó allí
en los cines de verano,
en las sábanas empapadas
de aquel puente de noviembre,
en los deseos estrellados.
No quise. NI quiero
que los oigan
más allá de Pekín.
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