Muéstrame tus manos
Déjamelas esta noche
Sé que lo necesitas
No me rehuyas en el ruido
y te escondas solo en la oscuridad.
Son mis manos,
ahora, las que calientes
por ese amor
que un día me diste
hoy te buscan a ti.
Para darles calor,
dejar que llores en ellas
y seguir amándote.
Escribí esta historia hace ya unos años, estando en segundo de la ESO.