Sólo quiero dormir y descansar
sobre tu pecho
y que sean tus brazos
los que me aprieten contra ti,
despertar y que no sea sueño
lo que mi mente anhela cada noche.
sólo quiero que seas tú
el que me siga haciendo sentir.
tus manos en mí cuerpo y tu presencia cada día
sólo quiero ser de uno;
de aquel que es dulzura,
suavidadfuego y pasión al mismo tiempo.
de aquel que sabe jugar y querer,
de quien sabe qué significa respeto
de aquel que sabe qué significa un no,
de quien sabe hacer el amor con un solo beso,
sólo te quiero a ti.
sobre tu pecho
y que sean tus brazos
los que me aprieten contra ti,
despertar y que no sea sueño
lo que mi mente anhela cada noche.
sólo quiero que seas tú
el que me siga haciendo sentir.
tus manos en mí cuerpo y tu presencia cada día
sólo quiero ser de uno;
de aquel que es dulzura,
suavidadfuego y pasión al mismo tiempo.
de aquel que sabe jugar y querer,
de quien sabe qué significa respeto
de aquel que sabe qué significa un no,
de quien sabe hacer el amor con un solo beso,
sólo te quiero a ti.
Las aves vuelan
porque tienen sus alas
y los peces tienen sus branquias
para no ahogarse en las profundidades.
Pero yo te tengo a ti
que me das tus alas, tus palabras,
para poder volar junto a ti y sentirme libre
además de tus sonrisas,
que hacen que no me ahogue y ser feliz.
porque tienen sus alas
y los peces tienen sus branquias
para no ahogarse en las profundidades.
Pero yo te tengo a ti
que me das tus alas, tus palabras,
para poder volar junto a ti y sentirme libre
además de tus sonrisas,
que hacen que no me ahogue y ser feliz.
Manuela tenía cinco hijos. De familia católica, siempre había pensado que la única estructura familiar válida era la que proponía su Iglesia. Aguantó palizas y borracheras de su marido y a los cuarenta años decidió que valía más su vida que sus principios.
Uno de sus hijos, Antonio, s marchó de casa ya que no soportaba que su madre decidiera seguir viviendo con aquel hombre después de aquellas palizas. Aun así siguió en contacto con ella. La vida le daría unos tumbos más a su estabilidad emocional y aquellos valores en los que siempre había creído entrarían en desequilibrio. Una de sus hijas se había quedado embarazada siendo menor de edad y el padre les había abandonado antes de nacer la criatura. Ahora estaba criando sola a su hija. Por otro lado acababa de enterarse que dos de sus otros hijos estaban casados con personas de su mismo sexo y que uno de ellos estaba en vías de adopción mientras su otra hija había quedado embarazada mediante fecundación in-Vitro. Le quedaba el pequeño. Pensaba que había fracasado con cada hijo que ella había criado Y puso sus últimas esperanzas en él. Aún seguía sus principios e intentó inculcárselos.
Pero el tiempo fue pasando y cuando conoció a las respectivas parejas de sus dos hijos homosexuales y que ambas habían sido capaces de criar a sus respectivos hijos sin que les faltara nada, a lo que se uniría la buena educación que estaba recibiendo el pequeño criado por una madre soltera su visión del mundo fue cambiando junto a los valores y los principios que hasta ahora habían estado rigiendo su vida hasta darse cuenta definitivamente que lo importante era criarse en un hogar con gente que te quisiese y que no importaba orientación sexual ni que hubiese un hombre para llevar los pantalones como ella había estado creyendo durante toda su vida.
Al darse cuenta de que en vez de una persona estaba criando a un engendro de la sociedad al haberlo separado de sus hermanos e intentar inculcarlo unos falsos valores optó por abrirse.
Uno de sus hijos, Antonio, s marchó de casa ya que no soportaba que su madre decidiera seguir viviendo con aquel hombre después de aquellas palizas. Aun así siguió en contacto con ella. La vida le daría unos tumbos más a su estabilidad emocional y aquellos valores en los que siempre había creído entrarían en desequilibrio. Una de sus hijas se había quedado embarazada siendo menor de edad y el padre les había abandonado antes de nacer la criatura. Ahora estaba criando sola a su hija. Por otro lado acababa de enterarse que dos de sus otros hijos estaban casados con personas de su mismo sexo y que uno de ellos estaba en vías de adopción mientras su otra hija había quedado embarazada mediante fecundación in-Vitro. Le quedaba el pequeño. Pensaba que había fracasado con cada hijo que ella había criado Y puso sus últimas esperanzas en él. Aún seguía sus principios e intentó inculcárselos.
Pero el tiempo fue pasando y cuando conoció a las respectivas parejas de sus dos hijos homosexuales y que ambas habían sido capaces de criar a sus respectivos hijos sin que les faltara nada, a lo que se uniría la buena educación que estaba recibiendo el pequeño criado por una madre soltera su visión del mundo fue cambiando junto a los valores y los principios que hasta ahora habían estado rigiendo su vida hasta darse cuenta definitivamente que lo importante era criarse en un hogar con gente que te quisiese y que no importaba orientación sexual ni que hubiese un hombre para llevar los pantalones como ella había estado creyendo durante toda su vida.
Al darse cuenta de que en vez de una persona estaba criando a un engendro de la sociedad al haberlo separado de sus hermanos e intentar inculcarlo unos falsos valores optó por abrirse.
Esa noche se oyó un aullido. Pero como por los alrededores era común la existencia de los lobos nadie le dio importancia A la mañana siguiente el padre Aurelio se levantó y fue a buscar a su sobrina a la habitación, pero no estaba y supuso que aparecería más tarde. Al mediodía oyó a los vecinos decir que habían encontrado restos de un vestido de una muchacha joven. El padre se acercó al corrillo y vio los restos del que había sido el vestido de su sobrina. La joven apareció unos días después con su vestido harapiento. El cura le preguntó donde había estado pero la joven sabía que no podía decir la verdad pues nadie le creería, así optó por hacerle creer a su tío que estaba en con un fuerte trauma. Nadie volvió a hablar de ello hasta que volvió a desaparecer por segunda vez y por un tiempo más largo cuando le contó al padre Aurelio que había conocido a un joven de un pueblo cercano. Así le creyó el padre. Pero los rumores seguían creciendo entre la gente que llegaba a decir que aquel muchacho no era de ningún pueblo, sino que vivía solo en el interior del bosque y que baja al pueblo en las fiestas. Pero realmente nadie sabía quien era y que no era humano. En efecto hacia poco habían sido las fiestas y sin percatarse de que había luna llena bajó al pueblo, conoció a la joven y la convirtió en mujer-lobo. De nuevo la joven oyó el aullido de su amado y fue a su encuentro, pero esta vez no iba sola. El padre no se fiaba ya de su sobrina y aunque no daba mucho crédito a los cotilleos del pueblo la siguió. De golpe se encontró a los dos jóvenes desnudos. Cuando se marchaba la luna estaba siendo descubierta y los dos tomaban la figura del lobo. El cura echó a correr por el bosque pero se chocó con un cazador. Le quitó la escopeta de las manos y se dio media vuelta. Estaba frente a las dos criaturas del demonio. La bala fue tan certera que sirvió para matar al hombre-lobo sobre quien se puso a dos patas la mujer-lobo y echó el aullido que se oiría en las aldeas más cercanas. Antes de salir corriendo hasta las profundidades del bosque donde la noche se iba haciendo día al mismo tiempo que la loba se iba convirtiendo en mujer hasta que cansada se sentó en una piedra Y según cuenta la leyenda tales fueron sus lágrimas que dieron lugar al río que surca esta aldea y convirtieron a su amado en la estatua que marca el fin de este río.