Eres sueño y a
un tiempo realidad.
Te tengo sin
tenerte
pero eso no es
tenerte.
Y a pesar de
mis lamentos
mis lágrimas
son de suerte.
Qué será
mañana
lo mismo de
hoy.
Un ola y un
hasta luego
y sé que no
hay nada malo en ello.
Pero aun así
son mis pétalos
los que,
aunque cansados,
siguen
derramando suavemente
las
cristalinas aguas del rocío
de la noche.
Estoy
enloqueciendo.
No, que ya
enloquecí.
Después. Ahora
después enmudecí.
y caí.
Mis cristales
se mojaron
con la lluvia
de mi corazón
que se ha
hundido
en el fangoso
charco del parque.
Y de quien
necesito ayuda
es de quien no
debo necesitarla,
de ti.
Cada vez que
lo pienso
menos
quiero depender de ti.
Callo en un
silencio
tan mío como
tuyo.
Del que nada
sabes
y en el que
hablo más que callo.
Y tú sigues
sin oírme
Porqué decirte
lo que siento.
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